viernes, 26 de agosto de 2011

Incitatus: El caballo de Caligula 

Los romanos nunca fueron especialistas en caballería, ni fue ésta el eje de sus ejércitos, pues Roma confió siempre más en sus famosas legiones que en sus jinetes; Sin embargo, Roma hizo del caballo su animal predilecto, y de las carreras de caballos su deporte favorito. 

De todos los caballos de Roma, incluyendo el de Julio César, el más famoso, sin duda, es el del emperador Calígula. Cayo César Augusto Germánico, que estos eran los verdaderos nombres de Calígula, fue el segundo de los llamados "emperadores locos" (los otros fueron Tieberio, Claudio y Nerón) y reinó desde el año 37 al año 41 de nuestra era cristiana.

Se llamaba "Incitatus", es decir, "Impetuoso", y al parecer era de origen hispano, lo cual no sorprende, pues Roma importaba cada año de Hispania alrededor de 10,000 caballos. Calígula, por lo visto, llegó a adorar a la noble bestia hasta el punto de que mandó construir para él una caballeriza de mármol y un pesebre de marfil…y más tarde una casa-palacio con servidores y mobiliario de lujo para que recibiese a las personas que le mandaba como invitados. 

La leyenda asegura que el joven emperador comía y dormía en los establos, junto al caballo, los días de las carreras…, y para que nada ni nadie turbase al equino, ya desde la víspera decretaba el "silencio general" de toda la ciudad bajo pena de muerte a quien no lo respetase. 

Se cuenta que en una de aquellas carreras, a pesar de todo, perdió "Incitatus" y que Calígula no pudo contenerse y mandó matar al osado auriga, pero diciéndole al verdugo aquello de "Mátalo lentamente para que se sienta morir". 

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